jueves, 12 de julio de 2007

***Cuento de navidad***De como los asaltos pueden mejorar

Aún recuerdo esos días,una franela roja(no de las que están de moda)del Manchested,una gorra del mismo color combinada con unos jeans color negro y unos lentes de sol finamente pirateados en el lejano Oriente,como olvidar esos días¡¡¡es olor decembrino¡¡
Fue unos de esos días 20 y algo,cuando haciendo uso de mis ahorros anuales decidí gastar en lo único que podía gastar:baratelas;así que,dispuesto a comerme el mundo salí a practicar esa vieja costumbre de mirar vidrieras en las teindas y de imaginar como sería tener todo lo que en ellas se vendía,ví zapatos,ropa,balones,videojuegos,todo lo que cualquiera sueña,todo lo que magnetiza la mirada.
Ya cansado de caminar y con ampollas en los pies,compré lo primero para lo que el dinero me alcanzó:una lámpara negra que prometía ahorrar electricidad y,en el regreso una bolsa de pan francés;con algo nuevo que mostrar y la cena en mi poder pensé que caminar mas sería una verdadera grosería,así pues,evite incluso llegar hasta la parada,mala costumbre esa la de tomar el autobús en cualquier sitio.
No tardaron en llegar 2 hombres algo tomados y un poco regordetes preguntando por el tranporte que los llevara a su destino,a lo cual respondí con un "no sé" a secas,luego de unos minutos sospeché que algo no andaba bien,y en el primer autobús que detuvo el semáforo intente subir,con la sorpresa de que el chofer parecía realmente asustado y en menos de lo que cambia la luz arrancó.Con una pierna golpeada por mi fallido intento me quedé sin lentes,sin gorra y sin las compras,pues uno de los hombres aprovechó para apoderarse de todo cuando caí.
La navidad que tanto odio tenía algo bueno para mí,si señores¡¡¡empezaron los malhechores a discutir,pues uno de ellos estaba convencido de que yo necesitaba el pan y la lámpara,curioso no?despúes de agradecerme por la gorra y los lentes y, de devolverme mis compras,emprendieron la huída,no sin antes advertirme con una navaja en el cuello que cualquier intento mío por romper el silencio traería peores consecuencias.
Después de tanto tiempo de haberme hartado de pan con mayonesa puedo concluir que la Navidad sigue siendo tan mala como parece y que tambien existen los ladrones corteces.
***Infernio***

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